Pues sí, tal y como véis en el título hoy hablaremos un poco del bodegón.
Todos tenemos en la cabeza ese cuadro en la casa de nuestros abuelos, con una mesa a medio poner, un membrillo, una granada y un racimo de uvas. El bodegón está con nosotros desde hace muchos años, pero ha evolucionado de una forma maravillosa.
La evolución del bodegón, es decir el bodegón contemporáneo, lo encontramos en el set-design. En este concepto los productos y las marcas con las que estemos trabajando forman parte de la composición envueltos en un contexto y una atmósfera específica.
Se trata una composición con la que podemos usar cualquier técnica, tanto virtual, como pintado, fotografiado o filmado. Y los elementos que encontraremos en el bodegón pueden ser tanto naturales como artificiales.
Este apasionante mundo nos ofrece la posibilidad de experimentar con infinidad de técnicas, materiales, metáforas y simbologías. De tal manera siempre podremos abarcar una composición más realista o de lo contrario, manipular la realidad para conseguir efectos más abstractos o surrealistas.
Este control absoluto de todas las piezas que forman la composición nos permite desafiar las leyes físicas.
¿Cómo? Metiéndonos en el papel de MacGyver experimentando con una gran variedad herramientas y recursos como hilos de pesca, palillos, alambres o cualquier idea resolutiva que permita que los elementos queden suspendidos de la forma que tienes en la cabeza.
Estos juegos de peso, formas y volúmenes nos permiten enfatizar sobre cualquier idea o producto.
El producto pasa de ser un artículo de consumo a convertirse en el protagonista de todo un proceso creativo expuesto con mimo en un escenario. En este espacio creado cada pieza tendrá un papel fundamental tanto a nivel visual como conceptual. Ningún elemento debería ser fortuito.
Para conseguir que un bodegón sea efectivo es importante que la imagen invite a conectar con la marca. Hoy queremos lanzar algunos tips que creemos importantes para tener presentes.
Debe conseguir captar la atención durante un tiempo determinado y hacer que el espectador pase por un proceso mental acerca de la imagen que estás observando. Aquí deberíamos compensar y encontrar el equilibrio para que el producto no se pierda entre los otros elementos. Aquí observamos una fotografía creada para Huawei para la campaña de 2017.
Photographer: Maciej Miloch | Set Design & Papercraft: Zuza Slominska
Para encontrar esta armonía y entre producto/mensaje y demás piezas entran en discordia muchos elementos del lenguaje visual. Jugaremos con formas, tamaños, colores, texturas, volúmenes…Algo que a nivel estético tenemos muy en cuento es el peso visual y la iluminación. Otros, y no por últimos menos importantes, serían el sentido, la dirección, la proporción de los elementos teniendo en cuenta el tipo de encuadre y punto de vista que vaya a tener el bodegón como resultado final.
Intentaremos huir de las imágenes convencionales. Pues vivimos en una sociedad donde cada vez más, existe una saturación de inputs y tenemos al abasto un amplio abanico de conceptos en banco de imágenes. Buscaremos la personalidad, la veracidad y la estética para combatir todo ese ruido al que se enfrentan las marcas hoy en dia.
Por otro lado, una herramienta que puede jugar mucho a nuestro favor serían los conocidos en el mundo del marketing y la publicidad: “insights”. Este no suele ser fácilmente detectable, se trata de esas percepciones y experiencias previas que ya posee el consumidor. Son esos pensamientos profundos con los que sientes que algo te representa. Hace referencia a su psicología y permite conectar de forma individual con él, ya que se sentirá identificado con el mensaje y actuará en consecuencia. Se tratan de verdades que existen en nuestro día a día y aunque no pensemos en ellas, ahí están. Para ello hay que conocer bien a quien estamos dirigiendo este mensaje. Es importante empatizar de una forma muy sensible con este target.
Hemos podido comprobar que tal y como se venía diciendo algo que funciona realmente bien y cada vez más está cobrando más relevancia son los bodegones animados, es decir, imágenes en movimiento.
Algo que parece que no vaya a pasar de moda es el minimalismo. Siempre podemos recurrir a él, imágenes que respiren y nos dejen respirar de ruido. Una fotografía o una ilustración limpia, pero con una gran carga conceptual invita al espectador a pensar, a interactuar con el producto, el mensaje y su simbología.
Como comentamos al principio todo dependerá del proyecto y la esencia que respire. El bodegón puede tener tantas vertientes que creemos que será uno de los caminos más claros que verán las marcas para darse a conocer o reforzar su imagen de marca frente a los consumidores y la sociedad en general.
Y siguiendo el hilo del set design os animamos a leer nuestro articulo sobre set designers